ISLAS CÍES

Si por algo se caracterizan los fondos marinos de este lugar es por dos cosas: diversidad y cantidad. Al ser una zona protegida en gran medida del impacto del ser humano, la vida surge aquí de forma incontrolable. Según Ángel Guerra, biólogo del Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo (IIM), “la variedad de hábitats entre los fondos de las islas es alta. Esto realmente favorece que proliferen un gran número de especies de algas y otros animales”. Guerra ha dedicado algunas investigaciones aspectos concretos de los fondos de las islas, sobre todo en relación a las costumbres vitales del pulpo, una de sus principales líneas de investigación.

 

Sin embargo, no todos piensan que se ha investigado lo suficiente al respecto de los fondos de las islas. El biólogo Carlos Durán, fundador del Centro de Investigacione Submarinas (CIS), apunta que apenas se han hecho investigaciones desde que se declararon las islas como parque nacional. “ El parque se fundó el año 2002. Se hizo un gran esfuerzo de documentación científica para que se lograse aquel objetivo. Pero después de lograrlo, apenas han realizado investigación algunos proyectos muy concretos. Parece que no existe interés en investigarlo. Y el ochenta por ciento del total del parque está bajo el agua, y todavía por descubrir”.

 

Debido a su gran diversidad y riqueza, no es extraño que las Islas Cíes sean analizadas y estudiadas por científicos que buscan conocer mejor el ecosistema del archipiélago. Entre esos estudios, uno de los más recientes que se han realizado es el proyecto Cefaparques. Se inició el pasado abril y lo llevan a cabo científicos del CSIC, bajo la dirección del propio Ángel Guerra. “Nuestra premisa era encontrar las zonas en las que el pulpo, sepia y calamar depositan sus huevos en las islas. Era la primera vez que se realizaba un estudio de estas características”. La investigación persigue analizar y estudiar estas zonas para luego protegerlas y conservarlas, según explica Guerra.

 

La flora marina del archipiélago surte de vida a muchos otros seres vivos de la zona.  José Antonio Fernández Bouza, director del Parque Nacional de las Islas Atlánticas, afirma la relevancia de las mismas en el entorno de las Islas Cíes: “ Hacen posible que multitud de animales y vegetales vivan entre ellas y sobre ellas. De esta forma, muchas de esas  especies encuentran un hogar ideal en este ecosistema”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Una de las peculiaridades del lugar es que por las aguas cercanas de las islas se dejan ver de cuando en vez delfines comunes, que habitan a lo largo de toda la costa gallega. Según explican desde el Centro de Estudio de Mamíferos Marinos (CEMMA), aunque esta presencia pueda resultar inusual para muchos, lo cierto es que los delfines son habitantes habituales del atlántico gallego. No viven en las Islas Cíes concretamente, ya que se mueven a lo largo del día y pueden alcanzar hasta 60 kilómetros en una jornada, pero sí que es cierto que pasan por allí, conformándose como un elemento más del paisaje marino del archipiélago gallego.

 

La forma espacio bajo el agua resulta determinante para el asentamiento de diferentes seres vivos. No es lo mismo una zona de cuevas que una zona de bosque de algas, no se asentarán los mismos animales en uno y en otro lugar. Sin embargo, una de las particularidades de las islas es que hay de todo, y hay mucho. La actividad humana se ve reducida al ámbito turístico, y es necesario solicitar un permiso especial cada vez que se quiere acceder con una embarcación privada al archipiélago. Según fuentes del Parque Nacional de las Islas Atlánticas, en las Cíes predominan poblaciones de coral, esponjas, e incluso pulpos, que se refugian en cavidades más pequeñas, y en zonas de cuevas.  La zona en la que más fauna marina se puede encontrar en las islas es bajo el agua y en las zonas más próximas a la orilla. En función del tiempo que cada franja pasa emergida habitan en esa zona unos seres u otros. Estas zonas están sobre todo pobladas de lapas mejillones y percebes. Muchos peces como el congrio o el abadejo deambulan por esta zona con el afán de protegerse. Al no poder ser capturados por los pescadores bajo penas de altas indemnizaciones, estas especies crecen y habitan con tranquilidad en las aguas de las islas.

 

También nos sorprenden otros secretos que las Cíes dejan aún por descubrir. En los más profundos fondos de estas aguas se hallan los restos de muchos barcos  de diferentes épocas. Barcos que naufragaron aquí, que se perdieron entre las aguas en el más profundo olvido. La mayoría de ellos todavía no han sido investigados. Así lo explica el arqueólogo Miguel San Claudio, que ha participado en diversos proyectos de inmersión y de investigación en el entorno de las islas: “En su día localizamos diversos yacimientos, perro que ya eran conocidos de antes. Estos los pudimos georreferenciar mediante el GPS para tenerlos situados”. La investigación, que tuvo lugar hace cinco o seis años, logró identificar y situar hasta nueve barcos hundidos en los fondos marinos de las islas. “En realidad, toda la costa gallega es muy rica en patrimonio subacuático. Es un recurso cultural muy propio de España, pero que por unas razones u otras no está siendo investigado ni subvencionado ni recibe la atención que mereciera”. Entre los restos hallados en aquella investigación se encontraron con lo que parecían ser los restos de un navío de Francis Drake, el famoso pirata inglés del siglo XVI.

Según San Claudio, la exclusividad de los fondos de las islas radica en esa protección que se hace en la zona. “Decía mi padre que si les dejaran reproducirse, las nécoras saldrían fuera del mar. Cualquier zona protegida como esta, registra una explosión de vida absoluta. Eso es lo que pasa en las Islas Cíes. Si dejamos la naturaleza y le dejamos crecer con respeto veremos cómo la vida se expande”.